Y cuando la ciudad parece ser lo más agreste del mundo, aparecen las personas en el centro de coyoacán a las 8:17 de la noche. Gente llena de colores, de batucadas, de aires de querer una cerveza pero de preferir un elote o un churro. ¡Y Dios bendiga a los churros con cajeta o con nutella!
Aún dentro de toda esta felicidad es imperioso recordar las tres horas anteriores, disfrutadas demasiado bajo unas escaleras eléctricas y la idea de que aún se puede hacer amigos por las calles de la gran y monstruosa urbe. Decir "hola" y que te lo regresen, junto con una plática de aproximadamente 10 minutos con una, literal, desconocida.
Son ese tipo de detallitos los que le dan la "significatividancia" a esta chilangués de la que no es posible escapar... y que a veces ni si quiera sé si quisiera dejar.

El descubrimiento de la semana es este ñoño sentimiento de "Harry Potter al ver a Cho Chang" durante todo el 5to libro del mago homónimo. Es bien chistoso, y ñoño, pero ahora entiendo muchas cosas...
Por cierto, creo que Platón tenía síndrome de Gollum y Sócrates jamás existió,pero esto lo dejaré flotando
Seize the day:)
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